sábado, 18 de julio de 2009

El arte de disfrutar de lo ajeno

Y es que en las comunidades nuevas, la gente no se conoce, las normas se están elaborando y claro, pasa lo que pasa. Abres la piscina y entra cualquiera a disfrutar de ella.

Es útil montar sistemas que permitan, por un lado disfrutar de las zonas comunes a todos los vecinos y por otro que no sean una molestia para los usuarios. Aquí es donde la informática nos puede ayudar, permitiendo la entrada en las zonas comunes a través de tarjetas magnéticas, que activan la apertura de puertas por proximidad. Esto facilita el control del acceso y permite que para los usuarios las molestias sean mínimas, ya que con acercar el bolso, toalla o donde lleves la tarjeta al lector, podrías pasar.

Si la gente fuese más civilizada, no serían necesarias estas medidas, pero desgraciadamente en este país la cara dura abunda en exceso.

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