miércoles, 9 de diciembre de 2009

Cuando se pierde el "cariño"

Pensamos que una de las razones por las que las empresas personales, suelen funcionar mejor, es porque se gestionan desde el cariño. También es la razón principal, a nuestro entender, del buen funcionamiento de un empleado, recién contratado.

Pero claro, con el paso de los años, el empleado contratado, deja de sentir ese cariño, para sentir que es un número. Hay que aclarar que siempre lo fue, pero el principio, todo era maravilloso y salías de una empresa, para meterte en una buena empresa. En tu empresa, siempre tendrás el cariño a eso que has creado, por lo que no importa, ganar menos, trabajar más, echar horas, ... al fin y al cabo es tu empresa.

En la empresa privada, cuando un empleado, deja de rendir, obviamente, el empleador lo nota, y puede optar, por darle cariño, o bien, reprenderle su actitud. Si va por la segunda opción, probablemente durante un tiempo, rinda un poco más, pero después volverá a lo mismo, sino peor. En tu empresa, siempre piensas que lo que estás consiguiendo, poco o mucho, es tuyo y de tu esfuerzo, no necesitas mayor motivación.

Por eso, no entendemos, como teniendo la posibilidad de unir ambos mundos, no se hace más. Nos explicamos, que todos los trabajadores seamos autónomos y que lo pague un cliente, se lo paga a una persona con nombre y apellidos, sin intermediarios. La persona estará mucho más contenta y no necesitará ese cariño, porque se lo peleará él, pedirá subida de tarifas, exigirá cobrar horas extras y todo porque lo que consiga es para él, no para alimentar a terceros. Se debe replantear la necesidad de empresas de servicios, que tanto daño hacen, tanto al que contrata, como al contratado.

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