No trabajar, cuando la mayoría lo hace, es uno de los pocos placeres que hay. Las calles tienen menos gente, puedes ir a los centro comerciales sin aglomeraciones, te olvidas del atasco matutino y del de vuelta a casa, en definitiva, como decíamos, un placer.
La pena es que el día dura mucho menos que uno de trabajo, la razón, no madrugas, por lo que esas horas que estás durmiendo, cuentan menos. Por otro lado, haces lo que te apetece y tienes que hacer, por lo que el tiempo pasa más rápido.
Disfrutar, los que lo tenéis hoy, de un día de puente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras, pero no lo uses para hacerte publicidad, o el comentario será eliminado.