viernes, 27 de mayo de 2011

Cuando llega la calma

Después de pasar una temporada con mucho trabajo, sea cual sea el trabajo y la causa del mismo, cuando acaba, echas de menos quedar con los compañeros hasta tarde y hacer ese trabajo. Es una especie de síndrome de estocolmo.

La verdad es que hay momento, en que acabaría con el trabajo, con los compañeros, con la situaciones que se viven, pero luego, una vez terminado, viéndolo en la distancia, echas de menos todos y cada uno de esos momentos. El ser humano es curioso, porque es cierto, que no muchas veces siente que no puede estar sin ni con alguien o algo.

Esto demuestra, que cuando se genera un buen ambiente de trabajo, con gente dispuesta a trabajar, las cosas salen muy bien, mientras que, cuando las cosas se hacen por imposición y bajo órdenes, no salen tan bien. Por eso, siempre que se echa de menos un trabajo bien hecho, lo que echas de menos es ese ambiente, ese estar con los compañeros, a los que consideras, en algunos casos, amigos, en definitiva, el ambiente de trabajo.

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