El desorden en el trabajo

En España, es muy común, que un proyecto salga, aunque se planifique de pena. Suele ser así, porque en el proyecto, hay implicados unos cuantos, que se dejan la piel, para que así sea. Lo malo de esto, es que sobre los implicados, recae, en muchas ocasiones, demasiada responsabilidad, lo que hace que algunos de ellos, se acaben quemando, incluso dejen de participar de las misma manera, en futuros proyectos.

Por esto, es por lo que en las empresas se suele intentar estandarizar todo, de manera que todo funcione como una máquina a pleno rendimiento. Cuando alguien de esa maquinaria falla, se cambia por otro y sigue funcionando igual.

Pero, claro, ni es bueno lo uno, ni es bueno lo otro, ya que de una manera, se pierde personal, y de la otra, probablemente, no salgan proyectos, ya que esa estandarización hace que se pierda demasiado tiempo.

Una vez dicho esto, como no podía ser de otra forma, en el medio está la virtud y es lo que hay que buscar. Tener una buena planificación al principio, pero procurando que los papeleos asociados a la misma, no ahoguen el proyecto.