miércoles, 1 de febrero de 2012

No probar las cosas.

Cuando llega tu jefe y te dice, es que esto, debería estar hecho. A lo que respondes, ya, pero sólo tengo dos manos. Y te replica, pero si se tarda media hora. En ese momento, te queda claro, que no tiene ni idea, de lo que habla y una vez más, toca hablar de lo mal preparados que están los directivos de este país.

Y es que, cuando alguien tiene un puesto de directivo, debería tener claro, qué es lo que maneja su personal, lo que se tarda en hacer las cosas y cómo mejorarlas. Si no sabe nada de eso, obviamente, no será capaz de hacer una buena gestión de su equipo, ya que mandará realizar cosas imposibles de hacer, y con ello, se pillará los dedos más de una vez.

Además, cuando un directivo llega a ese puesto, sin haber pisado antes, o habiéndolo pisado, sin empaparse de ello, las tareas que controla, tampoco será capaz de hacer una buena dirección, ya que no conoce lo que implica cualquiera de las cosas que ordene. Un hágase, es fácil decirlo, si tu eres capaz de hacerlo, ahora bien, decirlo, sin tener ni idea de las implicaciones, puede traerte como consecuencia, que no se haga o, lo que creemos que es peor, que te digan que se hizo, cuando no es cierto. Eso hará que al final, los datos que manejes, no sean correctos y antes o después se volverán contra ti.

Por eso, para nosotros, un buen director, es aquel, que cuando manda una cosa, sería capaz de hacerla. Es aquella persona, que si no tiene claro algo, se fía plenamente de sus técnicos, de manera que los defenderá a capa y espada, siempre que sea necesario. Por resumir, un buen director, es el que saca la cara por su gente, hacia arriba, aunque luego hacia abajo, apriete como el que más, sabiendo hasta donde puede llegar. Y de estos, lamentablemente, nos hemos encontrado, no más de dos en nuestra carrera profesional, lo que es una pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta lo que quieras, pero no lo uses para hacerte publicidad, o el comentario será eliminado.