martes, 17 de abril de 2012

Que paren el mundo, que me bajo

Muchos días, después de pasar todo el día en el trabajo, sólo piensas en tomarte una temporada sabática. El problema no es que lo pienses de vez en cuando, el problema es cuando lo raro es que no lo pienses. Eso es lo que deberían gestionar los directivos, si no desean tener una fuga de talentos de su empresa. Pero sin embargo no suelen hacerlo.

Como siempre decimos, esto sucede, sobre todo, en las empresas grandes. Los empleados, no dejamos de ser un número, que sólo les sirve, mientras puedan sacarte algo. En el momento en que no les sirves, pasas a ser uno menos.

Ahora que vemos el anuncio de Donuts, donde llaman a los veteranos para hacer los Donuts, como antes, nos damos cuenta, que la sociedad sabe que eso es lo correcto y que lo que no funciona, es tratar a las personas como números y perfectamente sustituibles. Lo malo, que lo de Donuts, no es más que un anuncio, no volveremos a comer Donuts como los de antes, en la vida, porque no merece hacer las cosas bien, sino económicas y así nos pasa.

Todo esto, es lo que nos hace pensar, cada vez más, en esa famosa frase: que paren el mundo, que me bajo, porque cada día es más difícil lidiar con tanta gente, que sólo le interesa ascender, independientemente de quien caiga o qué estén haciendo mal. Esta es la sociedad que cada vez aumenta más, individualista, egoista, basada en el dinero y que no nos lleva a ningún sitio, salvo a destruirnos como personas.

Lo dicho: que paren el mundo, que me bajo.

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