Cambiar a los políticos

El otro día, hablando de la crisis (algo por desgracia habitual), se pensaba que la mejor forma de acabar con todo lo que tenemos, es eliminar a los políticos. Pero si recapacitamos, eso no arreglaría nada, a priori.

Resulta, que el sistema que tenemos montado de leyes, permitiría que cualquiera que entrase en un ayuntamiento, una diputación, una comunidad o el gobierno central, tuviese las manos atadas para hacer casi nada.

Por lo tanto, la única manera de salir de esta sería, empezando de cero. Volver de nuevo a sentar las bases, la primera de ellas la constitución y poco a poco volver a montar todas la leyes que tenemos.

Nosotros, como no podía ser de otra forma, vemos lo que tenemos como un programa informático, que se hace para un fin. Una vez hecho, se le van añadiendo cosas, para las que no fue pensado. Pues bien, con el paso del tiempo, si realmente quieres que ese programa, haga lo que hace, pero además con un buen rendimiento, la única manera de hacerlo es empezar desde el principio, desgranando todo lo que hace y programándolo de nuevo.

Quizá es lo que tengamos que hacer, con esta sociedad consumista, volver a las cavernas, inventar el fuego, la rueda y ver si lo hacemos mejor. Desde luego, así, no ha funcionado.