¿Qué cobrar?

Los contratados por cuenta ajena, a la hora de que nos paguen, todo nos parece poco. Solemos creer que deberían pagarnos más, pero claro, jugamos con un factor, que no tenemos en caso de ser nosotros nuestros propios empleadores y es que, casi siempre, sabemos lo que nuestra empresa cobra por nosotros y nos da la sensación de que abusa de nosotros.

Pues bien, en el caso de tener que cobrar un trabajo que hacemos, ocurre algo parecido, todo lo que pretendemos cobrar al cliente, suele ser demasiado. Esto también se explica fácil, ya que nuestros primeros clientes, suelen ser amigos, vecinos, etc... Además, suelen tener paciencia, ya que nosotros estamos empezando y no nos exigen de la misma forma, pero aún así, nos piden que les demos un precio. Aquí es donde viene el dilema y no sabemos qué hacer. En otros casos, además, quien nos encarga el trabajo, es otro que está empezando y te lo pide a ti como amigo, por lo que tampoco sabes qué cobrar.

Para eso, ya hemos hablado de poner un precio por hora a tu trabajo y cobrar, según las horas invertidas. Pero claro, como hemos dicho antes, sería injusto, porque al estar empezando, inviertes más horas de las que realmente necesitaría un profesional.

Llegado a este punto, ¿qué cobramos por un trabajo? Pues según lo vemos nosotros, si el trabajo es algo relacionado con una afición tuya y quien te lo encarga está empezando, ya que os estáis ayudando mutuamente, habría que pedirle algo que esté en precio de mercado (sondear lo que se suele cobrar) y quitarle un 20 %, por ejemplo. De esta manera, a quien se lo cobres le parecerá poco y verá que le haces un favor. Incluso, si tu amigo te lo permite, directamente no le des ni precio y dile que cuando despegue su negocio, habláis de precios.

En cualquier caso, los ingresos extras, mientras no seáis empresa, debéis considerarlos eso, extras, y no contar con ellos, de manera que lo llegue bienvenido será.