martes, 8 de enero de 2013

Miedo, vergüenza o yo que sé

El título de esta entrada es lo que nos pasa a muchos, cuando, sólo pensamos, en cambiar lo que sea, incluso, cuando simplemente vemos que se avecina un cambio. Y es que, al ser humano, cualquier cambio suele agobiarle.

Es cierto que hay bastantes personas a las que no les pasa, de hecho, los cambios, les motivan, pero a la mayoría de los mortales, nos agobian. Eso de hacer un cambio hacia algo desconocido, no nos convence.

Ya os hemos hablado alguna que otra vez del libro, ¿Quién se ha llevado mi queso?, donde dos ratones, buscan queso en un laberinto y uno siempre está alerta a los cambios, mientras que otro, más cómodo, no.

Es cierto que los cambios asustan, pero si los planificas, incluso los esperas, no son tan peligrosos. Cuando algo cambia a tu alrededor y tú te has preparado para ese cambio, lo normal es que te afecte, pero en mucho menor grado, que si has pasado de los cambios previos al mismo.

Si veis que un cambio, puede aparecer en vuestra vida, ya sea laboral o personal, estar atentos a todas las señales previas, porque si te preparas, no será tan duro. Es como cuando llega una ola en el mar, si estás esperándola, lo normal es que la cortes, y no te caigas, ahora, como estés a otra cosa, puede que dé un revolcón.

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