viernes, 17 de octubre de 2014

Entrar con ganas

Cuando en la empresa, se renueva un alto cargo, lo normal es que llegue con muchas ganas de renovarlo todo, de darle su "toque personal", pero poco a poco, salvo que, de verdad, le den poder para hacerlo, esas ganas se acaban y sigue siendo, poco más que su predecesor en el cargo.

¿Por qué sucede esto? Muy sencillo, el que tiene por encima, no va a dejar que se desestabilice lo que ya tiene, por eso, cambia de director, porque en los cargos, la gente se acomoda y deja de servir para lo que sirve, por lo que es necesaria esa rotación, con la alegría del cambio y posterior desengaño, para al final, volver a cambiar.

Y así nos pasa, que por más cambios que se hagan en el sistema de una empresa, siempre funciona de la misma manera, haciendo las cosas, tirando a mal, y eligiendo responsables de alto nivel sin ningún poder, que lo único que hacen es esperar a que les encomienden otro destino, esperando, que, en alguno de ellos, tenga poder para cambiar las cosas, pero ese momento, será tarde, para cambiarlo.

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