miércoles, 15 de abril de 2015

Desprestigiar, por desprestigiar

Hace unos días comentamos, lo complicado que es para las personas (al menos así debería serlo), el aceptar cargos públicos. Y es que, igual que tendrás gente que te apoye, también tendrás gente que critique, hagas lo que hagas.

Pero es curioso, que cuando a alguien no se le puede criticar, o incluso, ni siquiera se le conoce, directamente se pasa a expresar, que el cargo lo ha conseguido, siendo amigo del que tiene el poder de colocarle, nunca nos da por pensar que tiene el puesto, porque trabaja bien y se lo merece.

Pero lo entendemos, en una sociedad viciada, como en la que estamos, el dicho "piensa mal y acertarás", es de lo más socorrido. Si además le unes que en la mayoría de los casos es cierto, la ecuación está hecha y por lo tanto, en un cargo público sólo puedes estar, porque te han enchufado.

Esperamos que poco a poco, esa mentalidad se diluya y poco a poco, pensemos un poco en las personas que se presentan a un cargo público, si realmente lo merecen o no.

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