miércoles, 26 de julio de 2017

La culpabilidad

En las empresas siempre hay personas expertas en aprovecharse del buen hacer de algunos, para su propio beneficio. Seguro que conocéis al típico, al que se le manda una tarea y cuando se la pides, te dice que estaba esperando que le mandases algo, absolutamente necesario para hacer la tarea. Con esa acción lo que consigue es que el culpable de no tener la tarea, seas tú, en lugar de él.

Por eso, a la hora de dar órdenes, lo más importante es que se den las instrucciones claras y que la "pelota" siempre quede en su tejado. Por lo tanto si lo que necesitas es un informe, claramente le pides el informa para una fecha y hora y le remarcas que cualquier cosa que impida tener el informe te lo comunique de inmediato. Haciéndolo así, cuando le llames reclamando el informe, no te podrá decir que está esperando algo tuyo, de modo que la culpa será suya, o de un tercero, pero si es de un tercero, sería culpa suya, por no informarte del problema con ese tercero.

En definitiva, siempre tienes que intentar que tus órdenes sean claras y no tengan resquicios, por los que el que lo tiene que hacer pueda escaparse, dejándote tirado.

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