viernes, 23 de diciembre de 2011

La envidia

Cuando alguien ofrece algo a varias personas, lo normal es que unas lo acepten y otras dos, pero cuando eso que se ha ofrecido, las personas que no lo quisieron, les apetece tenerlo, es la envidia.

Y nos pasa a todos. Ayer, sin ir más lejos, hablamos del gasto en lotería que se hace, simple y llanamente por envidia, ¿cómo va a tocarle a mi vecino y a mi no? Al final te gastas mucho más dinero del que te toca, pero ¿y si hubiese tocado el gordo en el bar donde tomo cerveza y no tuviese el número?

En el trabajo, quizá pase algo similar, cuando a un departamento le dan algo, ya sea material o algún tipo de ventaja sobre el resto, en seguida, el resto del departamentos protestan. Esto a qué nos lleva, a que cuando van a ofrecer algo, se lo piensen dos veces, por si acaso alguien pueda sentirse menospreciado.

Por eso la envidia, no es buena consejera, tu haz lo que creas que tienes que hacer, que lo más probable, es que te vaya bien y el otro, que haga lo que quiera, que también le irá (a su manera), bien. Si todos hiciésemos las cosas, porque el de al lado lo hace, todos seríamos iguales y eso no puede ser, porque en la variedad, es donde radican los beneficios de nuestra sociedad.

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