Y es que un día tiene 24 horas, una hora sesenta minutos, un minuto 60 segundos, ... Lo que quiere decir que si tienes 5 días, de no ir a tu puesto de trabajo, tienes 120 horas para: dormir, comer, quedar con la familia, con los amigos, hacer cosas en casa o fuera de ella, ... Y lo malo, es que al final te falta tiempo.
¿Por qué en tu puesto de trabajo una hora se te hace eterna y cuando no vas, pasan volando? A nosotros nos parece que la falta de motivación, por parte de las compañías y el exceso de burocracia en casi todos los aspectos, hace que los empleados se aburran y con ello, que los segundos se hagan eternos.
Por eso, la solución que se nos ocurre es intentar disfrutar de tu trabajo, haciendo rápidamente toda la burocracia, para poder dedicarte a lo que de verdad te aporta algo. De esta manera, rendirás más en el trabajo, con lo que estarás mucho más valorado.
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