Cuando decimos la frase que hemos puesto de título en esta entrada, nunca pensamos que quizá no sea así. De hecho, lo experimentamos el otro día. Teníamos un estante, en el que no cabía nada, todo lo que poníamos encima, directamente iba al suelo, por falta de espacio, claro.
Lo que hicimos, simplemente, fue quitar todo y volverlo a colocar, pero ordenadamente. Al final, tirando lo que no servía para nada y teniendo todo en orden, quedó espacio libre en el estante.
Esto es lo que nos pasa hoy en día a muchos, lo vemos con los coches. En cuanto una pareja tiene un niño, necesita comprarse un autobús. La razón es que no quieren colocar las cosas, ya que es más cómodo, abrir el maletero y dejarlo donde caiga. Pero si dejásemos todo ordenado, a parte de encontrarlo antes, no necesitaríamos tanto espacio, ni en los coches, ni en las casas, ni en las estanterías.
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