jueves, 24 de febrero de 2011

La rentabilidad

Obtener rentabilidad es importante siempre. Tanto en la economía de una empresa, como en la familiar. Ahora bien, tiene que entenderse bien, sino, será un auténtico caos.

Para situarnos, si una empresa necesita hacer durante un tiempo, muchas copias para repartir publicidad, es probable que le salga más rentable, comprarse una impresora y hacer las tiradas, que encargárselo a una empresa.

Sin embargo, si esa misma empresa, lo que hace es que hace un estudio previo, que lo encarga a una consultora, para que vea en el mercado, qué impresora es la mejor, qué cartuchos de tinta son los mejores en calidad/precio y le entregue un informe, diciéndole que, efectivamente, es más rentable, comprar la impresora. Pues si el informe le cuesta la mitad, de lo que le costaba la impresión de la publicidad en un tercero, probablemente, ya no sea rentable comprar la impresora, pues, aunque es más barato, ya ha tenido un sobrecoste, contratando la consultora.

Es un ejemplo muy exagerado (o no tanto), pero muchas veces, las empresas gastan muchísimo dinero en ver las cosas, antes de hacerlas, que lo único a lo que les lleva es a tener tal sobre coste, que lo que ahorran por hacer esos estudios, puede que no les compense. Además, como el estudio lo lleva un departamento, la ejecución del proyecto otro y los números los ve un tercero, la globalidad no la revisa nadie y al final, se pierde dinero, cuando se pretende lo contrario.

Dice un amigo nuestro, que no hay que andarse por las ramas y si ves que algo es sencillo, quizá lo veas así, porque es sencillo. Dicho de otro modo, no le busques tres pies al gato.

Lo sencillo, siempre es lo que funciona, si alguien quiere complicarlo, es que pretende sacar tajada. Tenerlo muy en cuenta.

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