lunes, 6 de agosto de 2012

Cuando quieres tener razón por encima de todo

Es algo que nos pasa mucho más a menudo de lo que pensamos. De hecho, es probable que nos pase todos los días y más de una vez. Unas veces nos lo hacen a nosotros y otras, lo haremos nosotros. El caso es que alguien se empeña en una cosa y por más razones que le das, no escucha y sigue con su idea.

El grave problema, es no escuchar por un lado y pensar que es el que tienes en frente no te entiendo, no parándote a pensar, que lo mismo eres tú el que no te explicas. Nosotros, acostumbramos a decir siempre "me explico", de manera que no hagas sentir mal a tu interlocutor, en lugar de "me entiendes". Y por otro lado, intentamos, escuchar las razones por las que nuestra idea no es correcta, de manera que podamos repensarlo y razonar, si tenemos que cambiar nuestra idea, porque realmente es errónea.

Hace tiempo, escuchamos en la radio un programa en el que una señora llamó para tomar nota de un producto que vendían, pues bien, cuando alguien se pone así de pensado, nos recuerda mucho al marido de esa señora, que se pone al teléfono y se empeña en que lo que le están diciendo son letras extranjeras y de ahí no le sacas. De hecho luego vuelve a ponerse la señora y sigue con la idea de su marido.

No es un ejemplo exacto de lo que hemos intentado contar aquí, ya que el locutor también se pone excesivamente nervioso, lo que ayuda al no entendimiento por parte del la oyente, pero sí que refleja en parte lo que os contamos.

Os dejamos con el trozo de la llamada, a partir del minuto 4:30 y hasta el 5:12, se pone el marido de la oyente, disfrutarlo:


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