A los informáticos, nos ven como los que podemos hacer cualquier cosa con un ordenador, total es tocar cuatro teclas. De ahí, que cuando llega un cliente y te dice, quiero hacer la O, con un canuto. Tu llegas y coges un canuto, se lo das, le explicas que si pasa el lápiz alrededor del canuto, al retirar el canuto, tendrá su O, hecha con un canuto. Hasta aquí, sería lo normal, de la relación entre un cliente que pide una cosa y una empresa que se la da.
Pues no. Resulta que el canuto, no tenía que ser redondo, si no cuadrado, y que además, la O la quería de color verde, no negro. Tu le explicas que es que las Os, son redondas, no cuadradas y te dice que sabrá él lo que es una O. Total, que le das un tubo cuadrado, con un lápiz verde y le vuelves a explicar el procedimiento, el cliente es lo primero.
Y entonces, le surge otro problema, ¿porqué tiene que usar un lápiz verde cada vez que quiere hacer O cuadrada? Le explicas que con algo tendrá que pintar y te dice que claro, con el tubo. Le explicas que eso dista mucho de lo que pidió al principio, pero te dice que no te paga, porque no le entiendes lo que quiere.
Total que acabas por darle un PC, conectado a una impresora a color y que dibuje lo que quiera en el PC, que al darle a imprimir, le saldrán las copias que quiera. A lo que te contesta, ¿lo ves como no era tan complicado lo que te pedía?
Pues así, somos los clientes, no tenemos ni idea de lo que queremos, pero cuando nos van dando cosas, vamos definiendo la solución definitiva. A las empresas, sólo les queda tener paciencia y aprender del lenguaje no escrito que hablan sus clientes.
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