En muchas ocasiones, cuando tenemos que hacer algo, aparecen impedimentos, porque para hacerlo, hay cosas que no están adecuadas a lo que queremos hacer. Cuando eso ocurre, tenemos dos opciones, seguir adelante, parcheando lo que nos encontremos por el camino, o bien, subsanar lo que no está correcto y volver a planificar todo para asumir el contratiempo. Pues bien, casi siempre, se elige la opción del parcheo, de este modo, cumples con los plazos (o no), pero no tienes que dar explicaciones por contratiempos no planificados.
En nuestra opinión, es mucho mejor la segunda opción, analizar el contratiempo, ver qué hay que hacer para solucionarlo y luego, asumir el retraso para acabar correctamente. En principio, la dirección verá con malos ojos el retraso, pero a la larga, no asumirlo, puede acarrear no sólo más retrasos, incluso, podría evitar que se llegara a implantar, según lo complicado que sea el impedimento.
Así que en vuestra mano está hacer las cosas bien y avanzar, o poner parches y hacer poco a poco una pelota más grande con los problemas. Si elegís esto último, os aseguramos que más pronto que tarde, la pelota será tan grande, que el proyecto no saldrá bien.
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