Muchas veces hemos dicho que las reuniones no pueden ser eternas y que es mejor ir al grano, para optimizar las mismas. Pero a veces, alguno de los que van, se pasan en ese sentido.
Decimos esto, porque estuvimos ayer en una reunión en la que uno de los asistentes, llegó tarde, hizo unas cuantas preguntas (que debían ser las que le interesaban, apuntó unas notas, dijo que estaba todo claro, se levantó y se fue. Ejecutivo fue, ahora bien, no dejó hablar mucho, no escuchó nada y se fue, probablemente con unas conclusiones erróneas.
Y es que no hay que ser ni muy largos, pero tampoco establecer un monólogo en el que apuntes cuatro cosas que te interesen y dejar la reunión, eso tampoco es productivo y quizá, tampoco sea realmente ir al grano, ya que no dejas que te expliquen nada, lo que puede ser perjudicial.
Pero de todo hay en este mundo, y claro, no siempre todos tienen claro el tiempo que deben dedicar a las cosas y sobre todo, cuánto deben escuchar a cada parte en ciertas reuniones.
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