lunes, 27 de noviembre de 2017

Cuando las cosas no funcionan

Es desesperante organizar eventos para alguien y que luego no acuda nadie. Y es desesperante, porque lleva mucho tiempo prepararlo, te obliga a pensar qué hacer para que al público le atraiga y, en definitiva, lo haces para alguien y luego no acude.

Y es que, en nuestra opinión, cada vez somos más cómodos, lo que hace que no nos movamos ni un poco del sitio en el que estamos y si nos movemos es porque otro, nos mueve a hacerlo.

Normalmente, esos que nos mueven a hacer cosas, son los niños, ya sean hijos, sobrinos, nietos... y quizá, como promotores de eventos, tenemos que pensar mucho más en hacer cosas para ellos y que les llegue, de modo que sean los pequeños, los que luego hagan levantarse del sillón a los mayores.

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