En los atascos estamos muy nerviosos, pero cuando estamos cenando con amigos, queremos que el tiempo se pare y es que, la vida con calma, es mucho más saludable. Por eso, hace tiempo que los atascos nos los tomamos con mucha calma. Entre parón y parón echamos un ojo al móvil, aprovechamos para hablar con gente, aprovechando el manos libres, en definitiva, tomamos el atasco como una prolongación de nuestra jornada laboral a la vuelta y como inicio de la misma a la ida y la verdad, los sufrimos mucho menos.
De hecho, seguimos pensando que los atascos tienen muy mala solución. Se pide a las administraciones que inviertan en carreteras, pero es cierto que las carreteras, no tienen capacidad, por muy grandes que se hagan, para mover a la cantidad de gente que nos movemos a la vez, en las entradas y salidas de los trabajos y por lo tanto, hacer inversiones enormes, para unas horas al día, tienen poco sentido y es un desperdicio de dinero, para que el mayor tiempo del día estén completamente vacías.
Por eso, quizá la opción sea informar desde las administraciones del uso de los atascos como momentos de trabajo. Otra opción es promocionar que los trabajadores no vayan todos a la vez a los trabajos, o que se fomente mucho más desde las empresas, el teletrabajo que tanto comentamos, de manera que, en las horas puntas, sólo estén unos pocos, en lugar de todos.
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