El otro día estuvimos en una presentación de unos productos antivandálicos, que se instalan en oficinas en países del norte de Europa. Los que los diseñaron, nos contaron que pasaron muchas pruebas antivandálicas, y que les salió que era imposible romperlo. Tan seguros estaban, que nos ofrecían los productos con una garantía de 15 años. La verdad es que, por un lado nos sorprendió y por otro nos preguntamos si en las pruebas había algún latino.
Y es que, si alguien quiere homologar un producto, que sea antivandálico de verdad, lo mejor que puede hacer es llevarse a unos cuantos latinos, retándoles a que eso no son capaces de romperlo, ahí, se darán cuenta de lo que es realmente una prueba antivandálica. Por eso, en muchas ocasiones, cuando llegan empresas a España (por ejemplo), que han nacido en países del norte de Europa, no se pueden creer las cosas que les pasan a sus productos.
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