Cuando vas a consumir un servicio del tipo que sea, que la persona que te atienda, sea simpática no lo es todo. Y no lo es, porque lo que quieres es el servicio, por lo que si es simpática y no te da el servicio, no sirve de nada.
Nos pasó el otro día, fuimos a tomar una cerveza unos amigos y vimos que en el bar, estaban preparando mesas, organizando varias cosas, ya que tenían un evento importante. Al verles así, les preguntamos si nos podíamos tomar una cerveza rápida o mejor nos íbamos a otro sitio, para no ser una molestia, entre tanto follón. Y aquí es donde está lo de la simpatía. Nos dijeron que sí que estaban liados, pero que una cerveza rápida nos podíamos tomar, que nos sentáramos donde quisiéramos.
Pues bien, tras veinte minutos sentados, lo único que pudimos llevarnos, fue oír música, del concierto que había después, pero muertos de sed, ya que nadie nos puso una triste cerveza. Por eso, con la misma simpatía, la persona te puede agradecer el ofrecimiento de irte, al ver el lío que tienen y te evita esperar veinte minutos para nada. Pero muchas veces piensan, que la simpatía lo es todo.
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