miércoles, 22 de septiembre de 2010

Decisiones complicadas

A la hora de decidir cómo montar un equipo, para desarrollar un proyecto, surgen cientos de dudas. ¿Cuantas personas hacen falta? ¿Qué perfiles tienen que tener? ¿Tengo dinero para hacerlo? Entre otras muchas.

Luego, llega el momento de elegir un proveedor que nos de lo que necesitamos y ahí llega el gran problema. Con el desastre existente con las empresas de servicios, se da el caso de necesitar un analista funcional y lo que obtienes es casi un becario. Y es que cuando una persona, entra en una empresa, que cede el perfil a otra, que lo cede a una tercera, incluso a una cuarta, lo que en la primera es un becario, será casi con seguridad un programador para la segunda, un analista programador para la tercera y un analista para la que lo necesita. Esta es una de las razones, por las que la gente se harta de los trabajos, ya que les dan trabajo, que no corresponde a sus conocimientos y les exigen, ese conocimiento. Una vez más, las ansias de hacer dinero fácil causan deficiencias en el trabajo, que harán que la calidad sea escasa y no se ajuste a lo que se vende.

Ya lo hemos dicho cientos de veces, una de las soluciones que se nos ocurren es contratar autónomos. Desconocemos cuanta gente sería capaz de trabajar a 30 o 60 días, para cobrar una factura, pero seguro que son muchos y tanto la empresa que contrate, como el trabajador saldrían ganando. Por un lado el trabajador, vendería lo que sabe, cobrando más que una empresa de servicios y por otro la empresa, pagará menos que a la empresa de servicios obteniendo mejores resultados. Blanco y en botella, el único pero, es que es una utopía.

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