miércoles, 12 de enero de 2011

El más listo de la clase

Pelotas los hay en todos los sitios y son fácilmente identificables. Son los que cuando nadie se quiere pringar con algo, ahí están para hacerlo. Los que cuando alguien necesita un favor, rápidamente lo hacen. Y todo lo que se os ocurra. Pero lo que los identifica, inequívocamente, es que todo lo suelen hacer a sus superiores, para intentar obtener en el futuro algún beneficio.

Todo esto nos parece un poco lamentable, pero bueno hay gente para todo. Lo malo es cuando el pelota, además, es jefe (o mando intermedio). ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque normalmente sus peloteos, llevan implícito, que sus subordinados, les toque hacer lo que él, por lo general, no sabe. De ahí, que a la mayoría de los pelotas (o trepas, como también son conocidos), tengan tan mala fama.

Por eso, en muchas ocasiones, cuando vemos que un pelota, se ha pillado los dedos y no hay manera de hacer lo que ha comprometido, porque faltan cosas que, como suele ser normal, no tenía controladas, no nos da ninguna pena.

Ahora bien, una vez más, el nivel de directivos de este país, hace que se valore mucho a este tipo de empleados tan dispuestos, que por norma general, nunca tienen culpa de nada y al final pagan los de siempre, los remeros.

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