jueves, 21 de junio de 2012

Complicar lo sencillo

Cuando nos comunicamos, muchas veces complicamos lo que es sencillo, en ocasiones desembocando en un problema que no existe.

No hay más que ver algunos correos, en los que solicitas a alguien que haga una prueba y te comente si va bien o mal. Resulta que lo que hace es mandarte la entrada de la prueba y la salida, poniendo en copia a todos los integrantes del proyecto. Para el que solicitó la prueba, puede ser una información interesante y desde luego sabrá si ha ido bien o no, pero para otros, probablemente le genere hasta dudas del correcto funcionamiento, lo que puede ser un problema, según la gente a la que se escale.

Por eso, nosotros siempre recomendamos contestar a lo que se pregunta, sin divagaciones, simplemente, contestamos a lo que nos pregunten, intentando no dar más información. En caso de necesitar más información, el que la necesite, la pedirá, que será el momento de darla.

Pero muchas veces, el dar tanta información, es precisamente para hacer méritos, ya que cuando uno detecta problemas, suele estar muy bien considerado, ya que normalmente los soluciona. Pero a nuestro modo de ver, es fácil resolver un problema que no existe, creado por uno mismo. Pero, como hemos dicho en otras ocasiones, muchos de los directivos de este país no ven más allá de su nariz, hace que se ascienda a gente de poco valor, por este tipo de tonterías, lo cual nos dará, más pésimos directivos.

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