martes, 19 de junio de 2012

No acabar el trabajo

Cuando empiezas algo, lo que sea, la mayor satisfacción, es acabarlo. No conseguirlo, por lo general, te frustra. El problema, es que muchas veces, la razón para no acabar lo que empiezas, no sólo depende de ti. De hecho, en casi todas las ocasiones no depende de ti. Si pretendes correr una maratón, con un poco de esfuerzo y entrenamiento lo harás. Ahora bien, si quieres hacer una aplicación, dentro de una compañía con una metodología, fuerte, que no admite excepciones, lo tendrás más complicado.

A este punto queríamos llegar, en las compañías, hay normas, si se hacen productos, hay que cumplir con unos estándares de calidad, con unos diseños, con unos presupuestos, en definitiva, con mucha burocracia. Ahora bien, si a toda esa burocracia, los que la comprueban, funcionasen con cabeza, quizás las cosas saldrían adelante, el problema viene, cuando bloquean el desarrollo de un producto, por aplicar normas estrictas, que no siempre, sirven para todo.

Así que como consejo, crearos métodos, formas de trabajo, estándares de calidad, pero nunca, repetimos, nunca, os dejéis llevar a ser máquinas que aplican las reglas sin más, las reglas hay que seguirlas, pero seguro que alguno excepción habrá que aplicar en algún momento y esa, es la razón por la que detrás de la revisión, hay una persona y no un ordenador.

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