miércoles, 3 de abril de 2013

La tranquilidad

Si últimamente os hemos hablado de las malas formas en el trabajo y el poco éxito que deberían tener (decimos deberían, porque resultan que son los que ascienden), hoy queremos hablaros de las excesivas buenas formas. Y es que éstas últimas, también desesperan, ya que cuando alguien no se altera en absoluto y sigue su razonamiento hasta el final, por mucho que intentes razonar con él que esa no es la forma, desespera.

Por eso, desde aquí (que sabemos que no es nada), pedimos que por favor, seamos normales, ni extremos por un lado, ni por el otro, simple y llanamente normales. Y por normales queremos decir que lo bueno es preocuparse de que los proyectos salgan adelante, de que las personas estén a gusto entre sí, que cuando hay algún problema, todos los integrantes del equipo trabajen juntos para encontrar la mejor solución. En definitiva, hacer equipo, ya que un equipo es lo que hace que las cosas salgan bien, y cualquier otra cosa, ser sumiso, ser borde, ser autoritario, ... sólo traerá, fracaso.

Si eres de los grupos extremos, y piensas que no es así, date un tiempo, antes o después, te darás cuenta que sí es así y será demasiado tarde.

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