Alguno pensará  que nos referimos a  él, pero nada más  lejos, nos pasa a todos. Te planificas algo, lo organizas para hacerlo  en un momento determinado, pasa  ese momento, y otros muchos, con lo que, al  final, llega el día que tienes que tenerlo y no está hecho.
Lo malo, no es que lo tengas que tener listo, en lo laboral te puede caer una bronca, pero en lo personal,  simplemente, no cumples  con la meta que te propusiste y te defraudas a ti mismo.  Además, no disfrutarás, de lo que sea, hasta que lo hagas.
Por eso, nosotros, sin mucho éxito, intentamos siempre hacer las cosas en el momento que surgen, ya que si esperamos, lo más probable es que empiece a atrasarse hasta que llega el día y no estará hecho. Intentar hacerlo en el momento, no es fácil, pero es la mejor opción.
Que sí, que era por mí... también.
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