jueves, 21 de enero de 2016

Exigir, por exigir

Cuando, en cualquier ámbito de la vida, tienes la necesidad de tratar algo con alguien, es necesario negociar. En esa negociación, ambas partes deben ceder y plantar cosas posibles. Si una de las partes, como decimos en el título, exige, por exigir, lo que consigue es que la otra parte desconfíe. Por eso, es por lo que hablamos de negociación.

Y las negociaciones, son eso, negociaciones, donde ambas partes plantean sus planes y cómo llevarlos a cabo y en los puntos de fricción, es donde hay que negociar y llegar a un entendimiento, para conseguir sacar adelante el acuerdo. Y en esos puntos de fricción, es donde si se fuerza demasiado, la negociación se rompe y por lo tanto el trato no saldrá adelante.

Cuando os toque negociar, nos exijáis, al menos no en todo, intentar ceder, siempre, cediendo un poco, la otra parte cederá y llegaréis a un acuerdo. De hecho, si, al final, en los puntos que cedéis, llevabais razón, con total seguridad, al ejecutar el acuerdo, esas cesiones, se cumplirán, dando razón al que la tenga.

Lo dicho, ser buenos negociadores, cediendo en lo posible y al final, os saldrá todo perfecto.

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