Nos guste o no, vivimos en sociedad y para vivir en sociedad, tenemos que cumplir las leyes que rigen dicha sociedad. Pues bien, es muy curioso como, cuando a alguien se le aplica la ley y se le multa, se le cita al juzgado, en definitiva, se le sanciona por hacer las cosas mal (al menos, no conforme a la sociedad en la que vive), decide decir que es que le persiguen y aún así, descubres que a pesar de estar con líos, sigue haciendo ilegalidades.
Si alguien se siente perseguido y no le gustan las leyes que tiene, sinceramente, que intente que se cambien, o bien que se cambie de municipio, de provincia o de país, pero que no piense que por hacer ilegalidades, le estén persiguiendo.
Es cierto que hay normas, que tienen poco sentido, ya que en general, la gente, las ve mal. Pero para esas cosas, están las protestas, recogida de firmas, manifestaciones, o cualquier otro movimiento, dentro de la legalidad, que vaya encaminado a cambiar lo que se considera mal hecho. Pero también, por lo general, lo que se suele hacer es saltarse la norma y esperar que no nos pillen. Ahora bien, como decimos siempre, si te saltas una norma y te pillan, patalea lo que quieras, pero te lo has merecido.
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