Miedo a evolucionar

Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas, es la evolución. Y la evolución, no sólo para cambiar productos a vender, o servicios que ofrecer, o lo que sea que favorezca los beneficios, esos cambios, al ser nuevas incorporaciones, son algo más sencillos. La evolución a la que nos referimos, es el cambio en la manera de hacer las cosas. Y no sólo en lo obvio, como es informatizar procesos, que es lo que más conocemos, es también en cosas tan sencillas, como un cambio completo de imagen, que cuesta mucho tomar la decisión, por el tiempo que lleva la actual.

Pero es importante evolucionar, de hecho, es fundamentar si se quiere avanzar. Todas las grandes empresas lo hacen, y con ello, se adaptan a los tiempos y hace que la visión que se tenga de la empresa desde fuera, se acerque a la gente y a los tiempos que corren en cada momento.

Y uno de los grandes impedimentos para esos avances, es el miedo de las direcciones para que los cambios se hagan. En muchos casos, intentan que los cambios convivan con lo antiguo y eso, es un gran error, ya que de hacerlo así, lo que se consigue es que no haya una uniformidad y eso lleva a confundir a tus clientes.

Por eso, cualquier que respecte a la empresa (y tenemos que decirlo, sobre todo en los cambios informáticos), si se toma la decisión de hacerlo, hay que hacerlo "sin mirar atrás" y todo empieza a funcionar con la nueva filosofía, desde el momento de la implantación. Hacerlo de otro modo, como hemos dicho, lleva al fracaso de la implantación que se haga y sin que se pueda probar si el cambio era para bien o no.