martes, 25 de abril de 2017

Ponerse un traje

No son pocos los que, cuando se ponen un traje, piensan que son de otro nivel, de otra galaxia, incluso, es como si al ponerse la corbata, les dejase de llegar sangre al cerebro y se comportasen, por ello, de forma extraña.

Y es que, según qué te pongas, en mucha ocasiones, te conviertes en otra persona. Por eso quizá, nosotros somos poco amigos de exigir una vestimenta a los trabajadores, ya que les coartas su forma de ser y, probablemente, se comporten de forma distinta, e incluso rindan menos.

Además no es algo que sea un caso aislado, suele pasar con cualquier tipo de "uniforme", esto es, ropa que no estás acostumbrado a llegar. De hecho, hablar de esto nos recuerda un monólogo de Leo Harlem, en que nos habla de cómo al ponerte un chándal, quedas poseído, pues algo parecido pasa cuando te pones un traje, o cualquier ropa que no sea la habitual tuya, con la que te sientas cómodo.

Os dejamos el fragmento del monólogo de Leo Harlem, sobre el chándal, para que veáis a lo que nos referimos:

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