Si hay algo que no soportamos es no ser coherentes con lo que pensamos. Por eso, cuando vemos a alguien que da alas a alguna persona, para que pueda hacer algo y luego, no cumple con lo pactado, nos sienta realmente mal.
Quizá estemos anticuados, pero nos encantaba cuando antiguamente las personas daban su palabra y vinculaba más que un contrato ante notario, ahora sin embargo, todos te dicen que sí a todo y luego, donde digo...
Así que echamos de menos aquellos tiempos y, por supuesto, nos gustaría que volviesen, algo que, por desgracia es imposible. Y como sabemos que es imposible, desde este pequeño blog, apelamos a la ética de la gente, que sabe perfectamente lo que está bien y lo que no, para intentar recuperar aquella palabra de honor, que simplificaba mucho las cosas.
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