No son pocas la veces que en la vida, ya sea laboral, familiar o de amistad, nos enfadamos con alguien. Seguro que en la mayoría de los casos, además, lo haces por una tontería y casi siempre una de las partes (o las dos), esperan que la otra se disculpe, por lo que, en unos cuantos casos, directamente, no solucionan el enfado.
Pues bien, de todas las veces que te ha pasado, ¿cuántas de ellas realmente con el enfado has conseguido algo? Casi seguro que puedes contarlas con los dedos de una mano, y es que, enfadarse, sólo lleva a crear mal rollo, en el grupo y no soluciona nada, por eso, como decimos en el título, no merece la pena el enfado, ya que no mejora nada y antes o después, tendrás que solucionar el problema, más el enfado.
Antes de enfadarte, piensa, ¿merece la pena?
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