Insistimos, quizá demasiado, en la importancia de tener un buen equipo, que siempre haga que las cosas funcionen de la mejor manera posible, para que los proyectos funcionen. Una empresa es un montón de equipos, que deben remar todos en la misma dirección, si es que queremos que funcionen las cosas como debe. Pero no siempre es así y en muchos casos, los equipos se individualizan pensando sólo en ellos, por lo que el proyecto de empresa fracasa.
Y esa labor es la que tienen que hacer funcionar desde la dirección general, que es en la que están representadas, todas las subdirecciones, cada una de las cuales tendrá sus equipos de trabajo, en definitiva, desde arriba, se debe hacer ver que son un equipo, que debe remar en la misma dirección y que ponerse palos en las ruedas entre ellos, sólo lleva al fracaso del proyecto global y no es admisible.
Conseguir eso no es fácil, sobre todo si intentas tener competiciones entre departamentos, que llevan a indidualizarse y hacer que la inacción de unos, perjudiquen a los otros, de manera que se premie al que no aporta, porque el otro falló. Hay que estar muy atento a éstas cosas, de manera que no sucedan y en el momento en que se detecten, apartar a los implicados del proyecto de empresa, para que no vuelva a suceder.
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