Es tremendo cómo muchos son capaces de exigir a otros lo que ni ellos mismos cumplen. Es el mirar con lupa a los demás, pidiendo que a ti no te lo hagan y eso, antes o después trae consecuencias.
Muchas piensan que siendo pesados, incordiando a deshoras, exigiendo sus derechos,... van a conseguir sus objetivos, pero nada más lejos, con eso, lo único que conseguirán es que se pase completamente de ellos y de hecho, pasen a ser personas no grata.
Tenemos compañeros que llevan esto a rajatabla y en cuanto alguien se pasa un poco de la raya, lo bloquean en todo, correos a spam, WhatsApp sin acceso y teléfono sin acceso, de éste modo, se ven obligados a ir a verle personalmente, a pedir explicaciones, momento en el que les dice que o hacen un uso más responsable de la comunicación o bien seguirá bloqueado. Y la verdad es que le funciona, porque una vez abiertos de nuevo los canales, lees llaman en horas de trabajo y bajan mucho los humos.
Y es que la gente piensa que siempre su problema es el único que está sobre la mesa y que se lo tienen que resolver, cuando sobre la mesa están un montón de ellos, y el suyo, es uno más.
Por lo tanto, antes de abrasar a alguien con tus problemas, ponte en su pellejo y piensa si te gustaría que te hiciesen lo mismo, si la respuesta es no, no lo hagas.
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