Es muy triste, pero siempre, el ego de las personas, suele estar por encima de la función que está desarrollando en su vida. De hecho, cuando la función que se desarrolla es de servicio a otras personas y ese servicio tiene que ser prestado por varias personas, si todas, anteponen su ego al servicio del resto de personas, al final, no dan el servicio que se espera de ellas.
Y es una pena, porque a todas las personas, hables con quien hables, nos gustan las mismas cosas, lo que hace que necesitemos lo mismo, por lo tanto, llegar a acuerdos de servicio a las personas, tendría que ser muy simple. Pero claro, si el que tenga la voz cantante en cada momento, saca adelante lo que sea para el resto de personas, le incrementa el ego, bajando el del resto, por lo que el resto, tiene como misión subir su ego, aunque sea a costa de no sacar adelante cosas para el resto de personas.
En definitiva, que la lucha de egos es la que tiene ésta sociedad como está, hecha un auténtico desastre, individualizada y pensando siempre que la persona que tenemos al lado, hace las cosas, para quedar por encima nuestro, en lugar de pensar que busca el bien común, de la mejor manera que sabe.
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