Haciendo un guiño al refrán "No por mucho madrugar, amanece más temprano", titulamos esta entrada y es que mucha gente, cuando pide algo, se piensa, que por preguntar por ello periódicamente, se va a conseguir, lo que sea que quiera, mucho antes. Sin embargo, en la mayoría de los casos no es así, ya que el que lo tenga que hacer se verá inundado de preguntas, que no es capaz de contestar y lo más seguro es que se olvide de la petición.
De hecho, la imagen que hemos colgado tiene mucho que ver con ésto, si tienes una montaña de preguntas, la de los pesados, las identificas rápidamente y las dejas abandonadas en la montaña, por lo que si te surge una pregunta, será identificada como "la del pesado" y no recibirá respuesta.
En fin, cada cual es como es y los preguntones, preguntan sin parar, convencidos que, gracias a eso, lo sacan adelante, sin darse cuenta que, si no hubiesen sido tan pesados, igual lo habrían conseguido mucho antes.
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