Después de que a alguno de nosotros nos echase la bronca el médico, por no estar en forma, decidimos caminar todos los días y llevamos ta más de dos meses, caminando todos los días, al menos, una hora.
Al principio fue muy duro, nos dolía todo. Y cuando se lo dijimos a nuestros médicos, todos coincidieron en lo mismo, "la letra, con sangre entra", que dice el refrán. Y es que, después de tanto tiempo sin hacer nada de ejercicio, caminar, que no es nada del otro mundo, mueve demasiadas partes del cuerpo, que estaban completamente atrofiadas.
Y ahora, dos meses después, podemos decir que no estamos tan doloridos (algo queda), y sí nos encontramos mucho más saludables. Tenemos nuestros piques, por aquello de las distancias a hacer en una hora, pero lejos de lesionarnos, intentamos cada uno ir a nuestro ritmo y no hacer más de una hora. Uno de nosotros, se picó consigo mismo, intentando hacer cada vez más kilómetros y efectivamente, llegó un momento en que los dolores eran excesivos, porque forzaba en exceso la máquina.
El médico ya nos aconseja, que empecemos con alguna otra cosa, pesas, pequeñas carreras, en definitiva, elevar el nivel de ejercicio, pero con lo que hemos mejorado, no tenemos demasiada prisa.
Os recomendamos encarecidamente que hagáis ejercicio y aunque la moda es el "running", no todos podemos resistir el impacto del cuerpo contra el suelo en esas carreras, mientras que, caminando, no hay tanto golpeo y se lleva muy bien.
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