Y no porque no queden dos, pero esos dos, son poca cosa, ya que uno es nochebuena y el otro nochevieja, por lo que trabajar, lo que se dice trabajar, se trabaja poco, así que es realmente el último lunes del año a efectos de cansancio, madrugón, etc. De hecho, es la última semana dura, ya que está casi todo el pescado vendido y lo que hagamos esta semana, ya va a ser difícil hacerlo pues quedan ocho días hábiles y se acaba el año.
Los lunes solemos estar agotados, ya que hemos dormido bastante el fin de semana y claro, nos acostamos tarde el domingo y el madrugón nos tiene por los suelos, pero aún así, sacamos fuerzas de donde no quedan y arrancamos la semana.
Así que toca dar el último empujón, para poder acabar el año como merecemos. No os durmáis, aunque no falten las ganas.
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