La mayoría de los que trabajamos con clientes, procuramos tener al cliente contento e intentamos conseguir que todos sus problemas desaparezcan. Una de las principales funciones es que, cuando tengan un problema, sea cual sea, procurar que tenga una solución de la manera más rápida posible.
Por eso, cuando somos clientes, nos saca de quicio, que seamos los que tenemos que sufrir y los que tenemos que aportar ideas a nuestro proveedor, entre otras cosas, porque no somos así y nos gustaría que nos tratasen de la misma manera.
Y hay algunas empresas, que de repente cambian de mano, en muchas ocasiones, pasan de tener un servicio al cliente de primera categoría, a no tenerlo, lo que hace que los clientes lo noten y con ello, tener una gran pérdida de clientes.
Por eso, si quieres tener una empresa saneada y funcionando, tienes que tratar al cliente, como lo que es, el que te paga y permita que la empresa funcione, esto es, como tratarlo como a un rey.
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