lunes, 5 de julio de 2021

Un asesino, es un asesino y punto

Y es que, lo que ha pasado con Samuel, para desgracia de la sociedad en que vivimos, pasa muchas veces, unas con un final tan desgraciado como este y otras no, pero con grandes secuelas.

Recordamos, una noche que salíamos un grupo grande de amigos, por Moncloa, en Madrid, en la plaza de El Chapandaz, El plinton y Nolosé, cuando sin venir a cuento, le soltaron una patada a uno del grupo y se montó. Y de verdad que no estábamos haciendo nada, simplemente unos descerebrados, quisieron montar una bronca y lo hicieron.

Por eso, poner apellidos a las cosas que pasan, creemos que es un error, es un asesinato lo que ocurrió y los que lo hicieron deben pagarlo, independientemente de las razones que les llevaran a ello. En nuestra opinión, las razones pueden ser las que se apuntan o que era el que pasaba por allí, si hubiese pasado otra persona, quizá le habría ocurrido lo mismo y las razones serían otras.

Para nosotros, hay que desterrar la violencia, la historia que os contamos es del año 1992. Época de los skin head, que atemorizaban todo, pero al final, el fenómeno es lo de menos, ya que es el odio que llevan las personas dentro, el que sale a la luz, sea por la razón que sea y tiene, como en este caso, fatales consecuencias.

Descansa en paz Samuel y esperamos que tus asesinos sean juzgados y paguen su atrocidad, porque nadie se merece recibir una paliza así.

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