Ayer hablamos de los "juernes" y hoy toca hablar de lo matado que estás, cuando sales un día y al siguiente te toca trabajar. Y es que, el salir, sobre todo cuando vas cumpliendo años, ya no es tan tranquilo, que aguantabas toda la noche sin dormir y al día siguiente no pasaba nada.
Ahora sí pasa y los viernes, tras una salida un jueves, estamos en el trabajo, como la foto que acompaña la entrada, hechos polvo. Eso sí, la juerga que te has pasado, no te la puede quitar nadie y la disfrutas como si fuera la última, sobre todo después de tanto tiempo sin salir, que hace que cojas estos momentos con muchas más ganas.
Por lo que, estás algo dormido y poco reactivo, compensa con creces, el estar con los amigos. Eso sí, puede hacer que el trabajo el viernes se alargue algo más, porque las cosas que tienes que hacer, es muy probable que, al hacerlas algo más lento, lleve a que tengas que hacer alguna hora de más, para acabar todo lo que necesitas acabar, en la jornada prevista.
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