La alegría en un proyecto, cuando algo que lleva tiempo atragantado y de repente se soluciona, sólo la conoce aquel que lo ha sufrido y disfrutado. Porque una vez solucionado, se disfruta y además mucho.
Y es que, cuando se trabaja duro, pero algo que, en principio debe funcionar y todos los parámetros que usas, se suponen correctos, pero no es así, te desesperas, porque tiene que funcionar y no lo hace.
Al final, después de muchas pruebas, se sueles dar cuenta que estás haciendo las pruebas, sin un control exhaustivo, de manera que no aciertas a poner todos los valores correctos, lo que hace que no funcione. Por eso, sentarse a pensar un momento y ver los pasos pequeños a dar, para dar el grande, es fundamental.
Sea como sea, conseguirlo es una alegría y debes disfrutar de ello cuando se consigue.
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