Cansado de hacer nada

En el trabajo, en muchas ocasiones, hay momentos, en los que no tienes nada que hacer. Y no es que se haya acabado el trabajo, pero sí que estás a la espera de que un tercero, haga algo. Y en esos momentos, en los que te dedicas, precisamente a no hacer nada, también te casas, y además mucho.

La razón de estar así, es clara, y la hemos comentado en más de una ocasión, cuando tienes que hacer lo que sea, si lo haces por propia voluntad, te entretienes y se pasa el tiempo volando, ahora bien, cuando por obligación, tienes que estar un tiempo en un sitio, haciendo algo (o nada, como en este caso), te cansas, porque el tiempo parece no pasar y eso, es lo que cansa, cada minuto que pasa es eterno y no ves que llegue la hora de salir, para hacer, lo que te de la gana.

Para mitigar esto, la verdad es que hay pocas opciones, salvo, dedicar esos tiempos muertos, para hacer cosas, que tengas que hacer. Entonces, como estás haciendo algo que sí te gusta, te entretiene y las tienes que hacer, la cosa cambia tanto, que al final, el tiempo pasa demasiado deprisa.

El problema será, si te pillan en horas de trabajo, haciendo cosas que no son de trabajo, ya que te puedes buscar un lío. Y esta, es otra de las cosas que no entendemos, será mejor estar haciendo cosas, aunque sean personales, que estar sin hacer nada. En el primer caso, mantienes la mente activa y rendirás mejor, en el segundo, te enfadarás, estarás a disgusto y afectará negativamente a tu rendimiento. Una vez más, aquí es donde lo que tenemos claro, es que, cada vez más, el trabajo por objetivos y no por tiempo, es lo que debería primar en las empresas. Pero eso es otra utopía, como la del teletrabajo, con la que será imposible luchar.

Darse bombo

Seguro que lo que os vamos a contar, os ha pasado a más de uno. De repente, tu jefe, te invita a ir a una charla muy importante, tan importante, que no te queda más remedio que ir. Por el nombre de la charla, lo que van a contar, crees que sabes exactamente de lo que va, pero claro, te han insistido tanto, que vas, por si es otra cosa. Una vez allí, escuchas con atención y compruebas que, efectivamente, no te están contando nada nuevo y además, en muchos casos, sabes más que el que lo expone. Entonces, ¿para qué sirven estas charlas?

Nosotros creemos que sólo sirven para que los que organizan la charla, se den bombo y hagan ver al resto, la importancia de su trabajo, única y exclusivamente. Y claro, esto lo hacen muchos departamentos, que su única intención es, demostrar lo necesarios que son. Lo que no nos explicamos, es que los que realmente deberían tomar cartas en el asunto, se pueden dejar engañar de esa manera, pero el caso es que se dejan y con ello, estos departamentos, adquieren el protagonismo que buscan, consiguiendo "chupar" recursos al resto de la compañía, casi siempre quitando esos recursos, de las áreas productivas, lo que a nuestro modo de ver, es el gran error.

¿Merece la pena?

Este puente uno del equipo ha estado bastante mal, le dolía la cabeza, tuvo fiebre un par de días, uno de ellos lo pasó en la cama, en definitiva, no disfrutó de su tiempo libre. La sensación, es que le ha ocurrido lo que le pasa a mucha gente, que el estrés del trabajo, que es el que te mantiene a tono durante la semana, lo pagas en tu tiempo libre con malestar general. Y nosotros nos preguntamos, ¿merece la pena?

Pues creemos que no, no merece la pena dejarse la piel, normalmente, por algo que ni es tuyo, ni lo será nunca. Y a cambio de dejarte la piel por la empresa, le quitas el tiempo a quien más quieres, que son las personas a quien dedicas tu tiempo libre.

Tal y como se comportan, últimamente, las empresas con los trabajadores, lo mejor que puedes hacer, es no tomarte en serio casi nada, sobre todo hacer tuyos sus problemas. Es lo que se merecen, cuando les da igual cuáles son tus problemas. El cambio de mentalidad de las empresas, desde cuando los trabajadores lo daban todo por ellas y ellas, le daban al trabajador una carrera, beneficios sociales, aumentos salariales, hasta ahora, en el que la empresa pacta algo con el trabajador y te morirás con eso si no cambias de empresa, hace que no merezca la pena cumplir la primera parte, de darlo todo por ellas.

Si las empresas quieren trabajadores fieles, que empiecen por hacer su parte, ya que han sido las primeras en no cumplirlo.

Seguimos adelante

Bonavista Dream Team 0 - MMDigital Club de Fútbol 2.

Volvemos a ganar y nos alzamos con el segundo puesto de la tabla. El equipo está muy animado y va cogiendo la confianza que tenía perdida.

La próxima semana, jugamos contra un equipo abandonado, por lo que esperamos, al menos, mantener la segunda plaza. De todos modos, tal y como hemos estado de suerte en las últimas temporadas, podría suceder que el equipo abandonado, deje de estarlo, y nos gane, pero esperemos que no suceda.

La tecnología y los niños

Es impresionante ver, cómo maneja un niño cualquier dispositivo. Y es que, son la generación que ha nacido con la tecnología, en pleno auge. Tenemos Internet en cualquier sitio, dispositivos muy variados conectados entre sí, y claro, los niños, que son esponjas, lo absorben, aprendiéndolo con gran facilidad.

Pero, como todo, tiene un riesgo y es que se centren en eso y dejen de lado otras muchas cosas. De hecho, de qué nos puede servir en la vida ser un experto en el uso de dispositivos, pero sin tener ni idea de otras muchas cosas, que son las que realmente nos sirven en la vida.

Un dispositivo, tiene que sernos de ayuda, no ser el juguete o algo que tenemos y que usamos para jugar, para que nos guíe en carretera, etc..., pero es algo que, de momento, casi nunca vemos que enseñen esa utilidad a nuestro futuro, lo cual es, cuando menos, preocupante.

Dilatar la toma de decisiones

Cuando se toma una decisión, sea la que sea, hay dos formas de hacerlo, o bien, alguien la toma, o se consensúa entre varios. Lo mejor, sería tomarla uno sólo, ya que no ocurrirá, lo que decimos en el título, que se decide demasiado tarde. Pero tomarla consensuada, tiene como ventaja, que suele ser una mejor decisión.

Como normalmente, para poder tomar una decisión, previamente, se elabora un estudio, en el que se implican varios expertos, sobre lo que se tiene que decidir, lo mejor es que, una vez se tenga el estudio, la decisión la tome una sola persona.

Pero casi nunca es así, ya que esa persona, sería la que tendría que asumir el riesgo de equivocarse y claro, siendo como somos, probablemente su carrera se vea truncada, en caso de error. Pero no debería ser así y además, quien no toma la decisión, seguro que no se equivoca, por eso, es mejor tomar decisiones, que dilatarlas en el tiempo y tomarlas a destiempo.

Si tienes una empresa, valora mucho a los que deciden, ya que seguro que serán los que harán avanzar proyectos, por el contrario, aquellos que se escaquean, que intentan echar sobre otro esa responsabilidad, intenta deshacerte de ellos, ya que se apuntarán los tantos, cuando salga bien, y señalarán con el dedo al que tomó la decisión, cuando salga mal, por lo que poco aportan a la empresa.

Ser profesional

Cuando a alguien se le comunica, que tiene que dejar su puesto de trabajo, obviamente, no es algo que le agrade. De hecho, en muchas ocasiones, hasta es injusto. Y claro, quien te despide, te intenta convencer que tienes que ser un buen profesional y trabajar hasta el último minuto y, de ser posible, enseñar tu trabajo, a tu sustituto.

Pero claro, esa persona, a la que el empresario despide, probablemente, no le venga nada bien, que le echen. Además, en todos lo casos, saben exactamente el trabajo que hace y las necesidades que hay, por lo que sabe, que no debería ser despedido (o sí), y, en cualquier caso, podrá tomar la decisión de hacer lo que le piden o no.

Pero la cuestión es, ¿ser profesional es dejarse pisotear por la empresa? Esto es, si a la empresa no le interesas, ¿qué razón hay para enseñar a otro, lo mal que lo haces? Desde luego, por nuestra parte, estamos de acuerdo en que cuando te echan, lo que se debe hacer es, NADA. Y que el empresario recapacite, ya que, probablemente, tu trabajo, será importante, por lo que no debería despedirte.

Pero como estamos en España, los empresarios, van a lo que van, y una persona más, o menos, les afecta bastante poco, lo que es una pena.