En el final de los proyectos, sea cual sea el proyecto y sea cual sea el fin del mismo, se suele estar trabajando a destajo, sin importar si es día de fiesta, laborable y a cualquier hora. Por lo que si el proyecto es de trabajo, quieras que no, estarás viviendo en el trabajo, y si es fuera del horario laboral, te tocará quitárselo al sueño. Afortunadamente, todos los proyectos acaban, antes o después y cuando acaban, podrás intentar recuperar todas las horas de sueño que estimes necesarias.
Y no es que los proyectos salgan mal porque se planifiquen mal, normalmente los proyectos salen mal, porque los que lo tienen que llevar a buen puerto, tienen otros intereses, distintos de los del proyecto, lo que hace que se coman los tiempos, de manera que cuando no queda tiempo, al final, toca correr sí o sí.
En nuestra opinión no es para nada bueno, ya que las prisas hacen que se comentan más errores y con ello, que el proyecto acabe estrellándose. Aún así, en España, donde ya decimos que las direcciones son malas y que no se trabaja excesivamente bien, es cierto que, bajo presión, trabajamos mucho más, por lo que, aunque el proyecto vaya fatal, al final, saldrá bien, porque los técnicos, que son los que realmente sacan el trabajo, ponen toda la carne en el asador.
Por lo tanto, si tenéis un proyecto y pensáis estresarlo, para acabarlo antes, pensároslo dos veces y recapacitar, porque os guste o no, estresarlo, trae más complicaciones que beneficios.
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