A todos, alguna vez en la vida, nos ha pasado que, haciendo cualquier cosa, al no salir exactamente como queríamos, nos hemos desesperado y eso, no conduce a nada. Y no conduce a nada, porque esa desesperación, nos hace centrarnos en nuestra frustración y con ello, en seguir haciéndolo mal, porque no pensamos en solucionar el problema.
Por eso, siempre os recomendamos, cuando algo se engancha que os tranquilicéis, le echéis una pensada y luego, volváis a la carga para resolver el problema. Y desde luego, cuando os entre la desesperación, directamente iros a hacer otra cosa, porque en ese momento, todo lo que hagáis, sólo servirá para estropear las cosas y eso, no es nada bueno.
Y todo esto, nos recuerda al capítulo de "Cosas de casa", donde Carl Winslow se tranquilizaba:
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